Hablar de fasciología es complicado por la cantidad de conceptos que abarca y su inspiración en la extensa medicina tradicional. Sin embargo, su fin último y su procedimiento están claros. Busca la salud del caballo, tratándolo como un ente global.
Llega esta novedosa técnica a España de la mano del francés Lionel Courtot.
Para
entender el proceso de esta técnica que el experto francés Lionel Courtot y el
veterinario español Carlos Flecha están llevando a cabo en nuestro país desde
el pasado año, y que han dado en llamar “Horse Global Treatment” (Tratamiento
Global del Caballo) hay que partir del conocimiento del concepto que origina su
nombre: fasciología. La fascia, propiamente dicha, es una capa de tejido
conectivo, que cubre y une las estructuras corporales. El vocablo procede del
latín y quiere decir “banda que ata”. Se trata de un tejido que permite la
conexión directa de todo el cuerpo, su unión interna. Y así la fasciología es
la técnica que estudia el conjunto del cuerpo, viéndolo como un todo y no sólo
centrándose en las patologías.
No es
sencillo adentrarse en una práctica que conjuga procedimientos extraídos de la
medicina tradicional china, la acupuntura, la osteopatía y la homeopatía… El
fasciólogo no busca únicamente la curación de una dolencia concreta, sino que
primero intenta recuperar la salud plena del caballo, devolviéndolo a su estado
de equilibrio.
Tensiones
En cualquier organismo humano o animal, debido a influencias externas e internas, se pueden producir tensiones de diversa índole, que afecten a funciones orgánicas, articulaciones, etcétera. En este caso, la fascia, que tiene una consistencia visco-elástica en su estado natural, se vuelve fibrótica, se contrae, y por sí misma produce dolor, impiediendo, por tanto, la función.
En cualquier organismo humano o animal, debido a influencias externas e internas, se pueden producir tensiones de diversa índole, que afecten a funciones orgánicas, articulaciones, etcétera. En este caso, la fascia, que tiene una consistencia visco-elástica en su estado natural, se vuelve fibrótica, se contrae, y por sí misma produce dolor, impiediendo, por tanto, la función.
La fasciología
trata entonces de eliminar esas tensiones, regresar al estado de salud y
equilibrio del cuerpo. El fasciólogo se toma su tiempo para ir eliminando el
dolor paulatinamente, yendo hacia la causa del mismo, hasta que este desaparece
por completo, y previniendo también su reaparición.
Según Lionel
Courtot: “Se busca la salud global del organismo. Si el cuerpo del caballo está
en salud, puede eliminar él mismo la patología. Hay que poner equilibrio todo
en el cuerpo e instalar la comunicación entre órganos, para que todos ejerzan
bien su trabajo”.
El experto localiza las tensiones o bloqueos con sus propias
manos, en los huesos, las articulaciones y los órganos internos, ve dónde están
situados y qué órganos está en relación con ellos, por las transmisiones
nerviosas. Es clara la correlación que existe entre un órgano y una
articulación, por ejemplo, entre el estómago y la babilla, o los lumbares con
el intestino…
Courtot
lleva años trabajando esta técnica funcional en personas, y también en équidos,
por su afición hacia el mundo ecuestre, con importantes resultados que le han
llevado a tratar a ejemplares de jinetes internacionales, como Jean Paul
Kircher, e importantes ganaderías. “Los caballos son animales muy sensibles y
reaccionan mejor”, asegura. “Lo que hago son pequeñas manipulaciones que no le
molestan. Al caballo le gusta esta técnica”, señala Lionel Courtot.
Veterinario
y fasciólogo apuestan por un concepto único de ciencia: “En el mundo entero se
habla de la existencia de medicinas paralelas, pero pienso que estamos ante un
concepto erróneo. Esta afirmación quiere decir que nunca se encuentran, cuando
estamos concurriendo en una falsa teoría, puesto que Medicina sólo hay una,
indivisible. Nosotros, lo que hemos hecho es mezclar técnicas y ver la
globalidad del caballo, el conjunto”, puntualizan.
Courtot y
Flecha se apoyan en el conocimiento de los meridianos de acupuntura para
diagnosticar, y también de la homeopatía y la alopatía (que utiliza
medicamentos contrarios para combatir las enfermedades, suprimiendo los
síntomas), sumando efectos y logrando resultados más rápidos. La idea final es
curar al caballo “hablamos de caballos de deporte, que cuanto antes vuelvan a
su estado normal y mejor se asegure su salud global, mejor”, añade el fasciólogo.
Flecha, que
trabaja codo con codo con Courtot en España y en Francia, asegura que “en la
mayoría de las ocasiones, llegamos al mismo diagnóstico con técnicas distintas.
Generalmente hacemos una historia clínica del paciente y, sobre ello,
configuramos el diagnóstico y el tratamiento”.
Es
importante también el papel del propietario o jinete: “Que conozca la
biomecánica, puesto que el tratamiento global que aportamos va hasta la
utilización del caballo, y esta debe ser la correcta, sin tensiones, para conservar
su buena salud y el equilibrio del que hablábamos al principio”.
La
fasciología se va abriendo camino en España de la mano de estos expertos.
Humanos y animales podrán disfrutar de los beneficios de esta técnica que
previene, cura y, sobre todo, no provoca daño, ni rechazo alguno por parte del
caballo.