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miércoles, 4 de noviembre de 2015

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domingo, 1 de noviembre de 2015

FLEXIBILIZACIÓN DEL CABALLO: ESPALDAS Y CADERAS

1.- la flexibilidad de las caderas.

Las ventajas de la flexibilidad de la columna vertebral y de las de un riñón musculado. permitiendo un buen rendimiento del tercio posterior del caballo, se notan todavía más cuando faltan.
Un riñón hundido, débil o demasiado largo en relación a su conjunto y los corvejones alejados son causa o efecto malos aplomos, de dolor  o de defectos en los corvejones, si no de todas a la vez.
Se ve con frecuencia a muchos caballos no poder remeter su peso debajo de la masa, parados bruscamente padecer en su lomo, echar las caderas a la derecha o a la izquierda, lo cual no tiene relación alguna con la desviación de las caderas provocada voluntariamente por la acción de la pierna.
La inflexión lateral de la columna vertebral debe, en los apoyos y en la espalda adentro, ir acompañada, para ser correcta, de un remetimiento franco de los posteriores debajo de la masa. Así el animal puede "apuntalar" sus miembros interiores por encima de sus miembros exteriores; por otra parte si un ejercicio exige esfuerzo y no se realiza bien, no resultará provechoso.
En la práctica, esta movilidad de la que hablamos se obtiene por una acción simultánea de las piernas para aumentar progresivamente la amplitud del tranco. En cambio, los acortamientos se obtienen por enderezamiento del cuerpo, cerramientos sucesivos de los dedos sobre las riendas y por semiparadas, pero jamás por tracciones. La parada debe ser siempre progresiva.
Si la parada no se realiza correctamente, y es peligrosa para sus riñones y corvejones, la flexibilidad llevada a sus límites es capaz de permitirle la parada brusca desde el galope, y la partida del galope desde el paso atrás.


En ambos casos, los posteriores deben meterse debajo de la masa del caballo, el dorso tenderse y no hundirse o ahucarse. Los movimientos naturales para producir estos resultados son:
- Las lineas quebradas.
- Las serpentinas.
- Las vueltas.
- Las medias vueltas.
- Las medias vueltas inversas,
a los tres aires, a las dos manos, trabajando sobre todo el lado más rígido.
La flexibilidad lateral de la columna vertebral se obtendrá  mediante giros a galope rápido sobre un gran círculo, complicando luego este galope cada vez más largo sobre una vuelta cada vez más cerrada. El ejercicio carece de valor y de resultados si el caballo no mantiene su aire y cadencia y no ensancha el círculo, cosa que le inclina a ha hacer menos esfuerzo.
La expresión más difícil del giro corto termina por la pirueta al galope ( siempre sobre los posteriores que sirven de pivote).

2.- Flexibilización de las espaldas:

Las espaldas son a la vez el principal amortiguador del caballo, que por una razón u otra ( salto, galope largo,....) viene sobre la mano, pero aún cuando la preeminencia viene del tercio posterior, desempeñan igualmente su función en la impulsión.
La musculatura de la espalda interviene en la calidad de los aires. Una flexibilización idónea tiende ha hacerlas móviles ( destreza), sueltas ( a fin de poder fácilmente, poniéndolas delante de las caderas, siempre por medio de la rienda contraria, enderezar a un caballo al darle inflexión contraria a la que ha tomado) y elásticas para actuar en armonía con el tercio posterior.



Los principales ejercicios para soltar las espaldas son:
- Las líneas quebradas y las serpentinas practicadas al galope cada vez más cerrado.
- Movimientos sobre círculos con la espalda adentro.
La dificultad de estos ejercicios aumenta por la rapidez y el acercamiento de los cambios de dirección. Las manos intervienen para actuar sobre el tercio anterior y flexibilizarse, por medio de efectos contrarios de oposición, reduciéndolos a medida de los progresos.

Cualquiera que sea nuestro objetivo, tanto el caballo como el jinete, cada cual por su parte, obtendrán resultados a través de un trabajo metódico, con un objetivo bien definido y según principios probados.


LA MOVILIDAD DE LA MANDÍBULA

La movilidad de la mandíbula es, a la vez que muy importante, muy delicada de obtener.

En cuanto tiene pesadez, molestias, rigideces, nerviosismo ó dolor, la mandíbula del caballo cesa de ser móvil y se contrae, es decir, que un jinete falto de experiencia o de tacto podrá engañarse sobre la interpretación de esa señal....suponiendo que la perciba.
Además, es delicada de obtener, puesto que la ligereza y la movilidad de la mandíbula marchan parejas, pero con un caballo insuficientemente entrenado, no hace falta que esa ligereza se adelante a la impulsión siempre prioritaria, particularmente en esa fase de educación.
Sea como sea, para descontraer la mandíbula se utilizarán con ventaja las vibraciones y lo que se llama la división de los apoyos, es decir, la variación de los diversos efectos de las riendas y el juego de los dedos actuando tanto sobre una como otra, hasta que el caballo sorprendido afloje su embocadura, en cuyo caso una cesión instantánea le recompensará.


Se comprende que sólo una buena mano es apta para descontraer una mandíbula rígida, para hacer de ella lo que siempre se ha llamado " boca galante " y que sólo el jinete con tacto y la experiencia necesaria sabrá revelar al origen de las contracciones que siente, antes de ponerles el remedio adecuado.
El juego libre y potente de los miembros posteriores, que reside principalmente en la apertura y el cierre ancho y cómodo de la articulación coxofemoral, reviste una importancia particular dado  el papel de las caderas en la impulsión y la dirección ( en otro capítulo hablaremos de ello).
 Se tiende con demasiada frecuencia a perder de vista en la práctica lo que cada uno sabemos en teoría.
La eficacia del motor del caballo, la comodidad en los giros, la facultad de abarcar mucho o poco terreno, la rectitud del conjunto dependen pues, esencialmente, de la flexibilidad del tercio posterior.
En la marcha del caballo es de urgente necesidad apoderarse de las caderas tanto para poder remeter los posteriores bajo la masa, como para su desviación a la derecha ó a la izquierda, por la obediencia instantánea a la pierna aislada. En el primer caso, los corvejones se acercan al centro, se remeten, y el riñon se arquea y se arrebuja como el que se dispone a levantar una pesada carga. El caballo tensa los músculos del tercio posterior asegurando el esfuerzo máximo de su tercio posterior.
Este remetimiento de las extremidades posteriores tiene múltiples consecuencias:
- En el salto favorece la extensión de los pies.
- En el galope largo el empleo máximo de sus resortes en longitud, permitiendo al caballo dar a su tranco la máxima extensión.
- En los aires elevados de alta escuela le confiere con su reunión un equilibrio que a la más ligera indicación es capaz de modificar. Aqui, al contrario que el caballo de carreras, el caballo que remete sus posteriores bajo la masa recoge su cuello y aligera su apoyo.

La impulsión y la elasticidad de los resortes se traducen por una actitud brillante y altiva como el "passage".


La semiparada, por ejemplo, arma clásica contra las resistencias de peso, podría ser inoperante, e incluso perjudicial, si la rigidez vencida procediera de una sensibilidad excesiva de las barras del bocado.

CONCLUSIÓN:
Si es necesario flexibilizar pronto cuello y colocar la cabeza del caballo para hacerlo manejable y sumiso, dándole al mismo tiempo un principio de ligereza, la descontracción de la mandíbula y la busca de los origenes de la resistencias pertenecen más bien a la equitación superior que a meros ejercicios de flexibilidad del conjunto.