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martes, 8 de septiembre de 2015

Los Últimos Estudios sobre el Transporte de Caballos  

Cada día trasportamos más a nuestros propios caballos. La venta de remolques y camiones para caballos se ha disparado en los últimos años en España. Antes, confiábamos casi siempre en los transportistas profesionales, pero ahora que nos atrevemos a salir por ahí con nuestros propios medios, deberíamos estar al tanto de cómo manejar correctamente el transporte.  
El transporte de caballos es necesario por varias razones: entrenamiento, puro placer por montar al caballo en un sitio nuevo, competición, cría, subastas, tratamiento veterinario, etcétera. Los propietarios de los caballos tienen que procurar que el transporte no se convierta en un momento de estrés y que en general sea seguro y saludable.  
Vamos a repasar los últimos estudios independientes realizados con caballos que fueron transportados en trayectos de diferente duración y bajo una serie de condiciones climáticas. A continuación detallamos las diferentes respuestas que experimentaron estos caballos. 



Estrés  
Los caballos transportados pueden, teóricamente estar estresados por la separación de sus compañeros de manada, o también si están cerca de caballos agresivos o rodeados de un entorno desconocido, si sufren un movimiento anormal o mantienen una postura poco habitual durante el transporte, si escuchan ruidos desconocidos, sufren cambios de temperatura, se les priva de comer o beber o si están expuestos a patógenos o polvo. Los signos físicos que muestran estrés en el caballo pueden ser: un nivel acelerado del corazón, un aumento en la producción de cortisol o deshidratación. Estas reacciones que se presentan en el transporte, han estado presentes tanto en caballos que son transportados habitualmente y se supone que están acostumbrados como en caballos transportados por primera vez.  
Lesiones  
Las lesiones físicas resultado del transporte de caballos pueden ser causadas por las colisiones que sufra el vehículo, las paradas repentinas, caídas, pérdida de equilibrio, derrumbamiento debido a la fatiga y ataques de compañeros de viaje agresivos. Aunque los caballos pueden sufrir lesiones durante el transporte, los estudios han demostrado que la mayor parte de las lesiones severas ocurren en caballos que son transportados para sacrificarlos, y que se producen después de que los caballos son cargados en el vehículo de transporte.  
Es muy común que el caballo de deporte sufra rozaduras durante el transporte, bien en la cara, en la cola o en los posteriores. También son comunes las lesiones causadas por las propias vendas de transporte o protectores que cambian de posición durante el viaje. Los diseños de estos se están mejorando pero hay que asegurar que están correctamente puestos y que sean del tamaño apropiado para el animal. Hay también protectores de posteriores y cola que no permiten ni la más mínima rozadura. Nunca se debe viajar con una venda de cola, ya que puede afectar a la circulación.  
Es imprescindible que el caballo tenga buenas experiencias cuando es transportado y que aprenda a quedarse quieto durante el viaje. Las primeras veces que viaja debe estar acompañado por otro caballo experimentado y solo debe ir en trayectos cortos hasta que se acostumbre. Hay que practicar a subir y bajar al vehículo antes de que llegue el primer día de transporte y el caballo debe aprender a permanecer atado en el camión y a equilibrarse. Cuando se sabe que el caballo tiene poca experiencia en viajes o en los primeros minutos de cada viaje, incluso con caballos experimentados, se debe ir con extremada precaución, literalmente “pisando huevos”, para asegurar que los caballos tengan la oportunidad de acostumbrarse al movimiento del remolque o camión.  
Una sola mala experiencia puede afectar al caballo para el resto de su carrera deportiva. Y además, el caballo que no viaja bien puede poner en peligro a si mismo, al vehículo y a todos los demás caballos del remolque o camión.  
Fatiga  
El estrés y la fatiga muscular asociados con el transporte son similares a los que se producen durante el ejercicio, aunque con algunas diferencias. Se sugiere que la competición o el entrenamiento no se lleven a cabo a menos de 48 horas después del transporte de larga duración, para que los niveles en sangre de hormonas y sustancias químicas se normalicen. Los viajes de más de 90 kilómetros no tienen un efecto significante sobre el perfil del análisis de sangre o la capacidad para entrenar, mientras que los viajes de 900 kilómetros o más deberían ir seguidos de varios días de descanso antes de pedir a los caballos grandes esfuerzos. En un estudio realizado, un grupo de caballos sanos mostró, a las 24 horas de un viaje de 900 kilómetros, signos significantes de fatiga (cerrando los ojos, bajando la cabeza, teniendo menor interacción social y una respuesta baja a los estímulos)  
Deshidratación  
Durante los meses más fríos, los caballos salvajes pueden sobrevivir durante algunos días sin agua y pueden rehidratarse rápidamente con pocos efectos adversos. En un experimento realizado, se privó de agua a un grupo de caballos durante más de 8 días sin presentar efectos aparentes de enfermedad y con temperaturas de cerca de 10 ºC 
(Nota: La privación de agua es una amenaza significante para la salud del caballo en cualquier momento) Sin embargo, con calor o humedad, la deshidratación puede ser muy rápida. Se realizaron dos estudios similares que midieron la deshidratación de los caballos transportados en pequeños remolques durante 24 horas. Cuando la temperatura media exterior era de 28 ºC, los caballos perdían rápidamente peso debido a la deshidratación, casi el doble que cuando la temperatura exterior era de 20 ºC de media.  
La deshidratación puede ser moderada si se ofrece al caballo agua periódicamente durante el transporte, aunque los caballos a menudo pueden rechazar beber cuando viajan. También se les puede ofrecer heno mojado, ensilado equino o zanahorias, para que así ingieran algo de agua aunque sea indirectamente con los alimentos.  
Se sugiere que el remolque tenga aislamiento en las partes superiores y laterales para reducir el calor y así paliar el nivel de deshidratación que sufren los caballos transportados en ambiente caluroso o húmedo. También se recomienda salir de viaje durante los periodos que menos calor hace del día y asegurar que los caballos tengan suficiente aire y que no estén tapados con mantas dentro del vehiculo de transporte cuando comienza a apretar el calor del día.  
Los caballos deshidratados pueden beber en exceso y con ello provocarse cólicos. Un estudio ha demostrado que dar 12 litros de agua a caballos fuertemente deshidratados a intervalos de 30 minutos, conduce a signos de cólico, mientras en otro estudio los caballos estaban solamente moderadamente deshidratados y podían beber con seguridad 14 litros de agua a intervalos de 30 minutos sin problema. No hay publicada ninguna guía sobre como rehidratar a los caballos que están muy deshidratados, aunque los jinetes de RAID nos pueden dar muchos consejos. Estos caballos deben ser cuidadosamente observados para detectar signos de angustia cuando están siendo rehidratados y no se les debería permitir un acceso libre e inmediato al agua después de períodos largos de transporte.  
Orientación en el trailer – Hacia donde debe mirar mi caballo  
Hace aproximadamente 25 años, se llegó a la hipótesis de que los caballos podían viajar más confortablemente y mantener el equilibrio más fácilmente cuando sus cuerpos estaban orientados al contrario de la dirección de viaje. Hay varios estudios que han sido realizados para descubrir la preferencia de orientación, con algunos resultados inconsistentes. Los resultados mostraron que algunos caballos prefirieron ir cara alante, otros cara atrás y algunos otros mostraron preferencia por una posición diagonal a la dirección de viaje; a este respecto, las curvas cardiacas mostraron una pequeña conclusión evidente: La primera posición (cara alante) era menos estresante que la segunda (cara atrás). Los caballos orientados hacia atrás, se resbalaron más que los caballos orientados de otra forma, sin embargo no hay una relación directa entre la orientación y el equilibrio, movimiento de las extremidades o choque con las barreras.  
Por otra parte, el transporte con o sin herraduras no tiene una importancia significativa para la habilidad del caballo de mantenerse en pie.  
Diseño del remolque o camión  
Atar a los caballos manteniendo sus cabezas por encima de una barrera sólida, limita su voluntad de bajar la cabeza cuando lo desean, posiblemente produciéndoles fatiga y poniendo en peligro el drenaje normal dentro de los orificios nasales.  
Los remolques o camiones que tienden a tener huecos algo más espaciosos y de color claro, permiten a los caballos más sitio para moverse, y la instalación de ventanas alivia la fobia de algunos caballos a entrar en espacios, cerrados, oscuros o mal iluminados.  
Los caballos, normalmente, tienen cierto problema para mantenerse en pie, incluso aunque la superficie del suelo del vehículo sea bastante áspera. Añadir algo de viruta ayuda absorber la orina y protege el suelo. La suspensión del remolque si que tiene efecto probado sobre la fatiga durante los viajes largos. En unas pruebas realizadas al respecto, la suspensión de ballestas con una presión baja de neumáticos radiales hizo que el viaje fuera el más suave, mientras que una suspensión de barra de torsión con presión normal de neumáticos radiales hizo del viaje un momento incómodo. No se probó ningún sistema de suspensión neumática, pero se cree que proporciona un viaje suave.  

Movimiento del aire  
Por lo general, evitar un frío extremo no es problema, ya que los caballos producen mucho color corporal, sobre todo si se está transportado más de un caballo. Una situación que es extremadamente perjudicial para el caballo es la exposición al aire caliente que está además normalmente lleno de pequeñas partículas que pueden irritar al sistema respiratorio del caballo. Un cambio continuo de aire puede prevenir el recalentamiento y reducir la exposición al polvo y bacterias. Conservar el movimiento del aire puede ayudar a asegurar que los caballos viajen con una comodidad razonable y que lleguen a su destino con buena salud.  
Al igual que la ventilación en los aviones en estudios hechos para seres humanos, hay una diferencia notable entre la cantidad de aire que llega a los diferentes emplazamientos de los camiones de caballos. Normalmente llega más aire al primer hueco del camión o sea al hueco más cercano al conductor y menos aire al último. La temperatura dentro del camión también varía. Hace menos calor en el primer hueco, más calor en los huecos de en medio y ligeramente menos calor de nuevo en el ultimo hueco. Esto nos sugiere que los caballos más grandes deben viajar en los huecos más grandes y más cerca del conductor, para prevenir su deshidratación. Todo esto, obviamente, puede variar si estamos transportando potros, sementales y yeguas, yeguas con rastra etc.  

Los estudios nos proporcionan algo más de información sobre como transportar al caballo de deporte correctamente, pero lo que es más importante, nos recuerdan que tenemos que reflexionar sobre el modo más seguro de transportar nuestros animales. Si podemos llegar a nuestro destino con un caballo tranquilo, bien hidratado y con ganas de competir, obviamente vamos a tener una mejor experiencia y este tiene que ser el objetivo cuando salimos de viaje.