EL TRABAJO EN PISTA
Los Jefes de Pista que son normalmente los responsables de diseñar los diferentes recorridos según las diferentes pruebas o baremos, suelen hacerlo teniendo más en cuenta la habilidad y la clase de caballos que compiten que los propios tamaños del salto.
Consecuentemente, los caballos deben estar perfectamente trabajados en pista de manera que éstos sean manejables y obedientes en la competición y capaces de asumir las diferentes distancias, longitudes y giros que deban realizar. El caballo bien entrenado gira, se mueve lateralmente y ajusta la distancia en respuesta a las ayudas del jinete.
Para que estos requisitos sean posibles es fundamental el control del motor del caballo y que resulte en un movimiento más eficiente ( hablamos de energía) y en una menor fatiga muscular, retrasando así la aparición de ácido láctico.
Existen muchos métodos de entrenamiento. A través de estos métodos el preparador/jinete es capaz de seleccionar el ejercicio adecuado para el entrenamiento del caballo de salto para cada binomio, teniendo en cuenta las características físicas y psicológicas y deficiencias de cada individuo. Hablar de todos los métodos de entrenamiento sería demasiado extenso y complicado porque todo depende de los objetivos que se consideren para cada programa , además de los propios debidos a la experiencia del propio preparador/jinete.
Sin embargo, si tomamos como referencia la Doma Clásica, el caballo trabaja sobre seis bases fundamentales que son el ritmo, la flexibilidad, el contacto, la rectitud, la impulsión y la reunión y esto es aplicable a los caballos de salto. El caballo pues debe moverse con una flexión de la nuca y de las articulaciones de la mandíbula, que amortiguarán la potencia de la masa del caballo, aumentando la acción de la mano sobre los propulsores del caballo. Así mismo, una columna vertebral flexible es esencial.
Cuando el caballo trabaja así es capaz de desarrollar los músculos de la linea superior
(ver post en nuestra página de facebook del día 4 de Mayo de 2015), remeter los posteriores y alcanzar la reunión.
Al caballo se le ha de enseñar a ceder lateralmente con las riendas, tanto la cesión a la mano como la cesión a la pierna, y flexiones directas y laterales, todo ello con el fin de que se mejore la monta y así posteriormente los ajustes a la distancia entre los saltos. Los trabajos en círculo mejoran la flexibilidad y el control del caballo y el trabajo a "dos pistas" mejoran también la flexibilidad de la columna y de las caderas.
Desde el inicio del programa de entrenamiento el caballo debe aprender a responder con inmediatez pero con calma ,y no generando estrés, a las ayudas de ir hacia delante, para volver ó para moverse lateralmente. Esta obediencia del caballo es más importante cuanto más elevado es el nivel de competición, por eso este aspecto forma parte de la disciplina básica e inicial del caballo. Las transiciones, por ejemplo, ayudan a mantener al caballo atento y cuando éste llegue a ejecutarlas perfectamente facilitará la monta al jinete.
La importancia de ser capaces de adaptar la longitud del tranco no lo debemos tomarla como algo obsesivo. Muchos de los problemas en la competición que hacen referencia a la distancia entre saltos que requieren la habilidad de acortar o alargar el tranco, acaban porque el caballo pueda llegar al salto a una distancia de batida incorrecta. Además, como el caballo respira al ritmo del galope, la mejor y más eficiente manera de saltar es mantener un ritmo constante. Como el ritmo varia en esos alargamientos o acortamientos del tranco, el caballo gasta reserva energética que vuelve a estabilizarse cuando se recupera la cadencia inicial. Por lo tanto, trabajar siempre sobre una buena cadencia y un buen ritmo es fundamental.
Por último y para acabar estas consideraciones, os diremos que la acción de "volver" se vuelve fundamental en caballos de alta competición. Esta habilidad se ha de reforzar a través de enseñar al caballo a que se apoye en sus posteriores en el giro.
El entrenamiento del caballo en pista requiere de tiempo y paciencia y se vuelve más importante cuanto más alto sea el nivel de competición. Los mejores resultados llegan a través de una combinación de trabajos de "escuela", junto con la apropiada forma física y teniendo en cuenta el riesgo de lesiones.
Habeis de pensar que la adaptación de ligamentos y tendones es muy lenta y un entrenamiento tan técnico no debemos ejecutarlo apresuradamente, ni en el trabajo en la doma, porque corremos el riesgo de que el caballo se lesione por una inadecuada condición física.