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sábado, 16 de mayo de 2015

EL ENTRENAMIENTO Y PREPARACIÓN ESPECÍFICA PARA EL CABALLO DE SALTO (PARTE 1/5)

EL TRABAJO EN PISTA

Los Jefes de Pista que son normalmente los responsables de diseñar los diferentes recorridos según las diferentes pruebas o baremos, suelen hacerlo teniendo más en cuenta la habilidad y la clase de caballos que compiten que los propios tamaños del salto.
Consecuentemente, los caballos deben estar perfectamente trabajados en pista de manera que éstos sean manejables y obedientes en la competición y capaces de asumir las diferentes distancias, longitudes y giros que deban realizar. El caballo bien entrenado gira, se mueve lateralmente y ajusta la distancia en respuesta a las ayudas del jinete.
Para que estos requisitos sean posibles es fundamental el control del motor del caballo y que resulte en un movimiento más eficiente ( hablamos de energía) y en una menor fatiga muscular, retrasando así la aparición de ácido láctico.
Existen muchos métodos de entrenamiento. A través de estos métodos el preparador/jinete es capaz de seleccionar el ejercicio adecuado para el entrenamiento del caballo de salto para cada binomio, teniendo en cuenta las características físicas y psicológicas y deficiencias de cada individuo. Hablar de todos los métodos de entrenamiento sería demasiado extenso y complicado porque todo depende de los objetivos que se consideren para cada programa , además  de los propios debidos a la experiencia del propio preparador/jinete.


Sin embargo, si tomamos como referencia  la Doma Clásica, el caballo trabaja sobre seis bases fundamentales que son el ritmo, la flexibilidad, el contacto, la rectitud, la impulsión y la reunión y esto es aplicable a los caballos de salto. El caballo pues debe moverse con una flexión de la nuca y de las articulaciones de la mandíbula, que amortiguarán la potencia de la masa del caballo, aumentando la acción de la mano sobre los propulsores del caballo. Así mismo, una columna vertebral flexible es esencial.
Cuando el caballo trabaja así es capaz de desarrollar los músculos de la linea superior 
(ver post en nuestra página de facebook del día 4 de Mayo de 2015), remeter los posteriores y alcanzar  la reunión.
Al caballo se le ha de enseñar a ceder lateralmente con las riendas, tanto la cesión a la mano como la cesión a la pierna, y flexiones directas y laterales, todo ello con el fin de que se  mejore la monta y así posteriormente los ajustes a la distancia entre los saltos. Los trabajos en círculo mejoran la flexibilidad y el control del caballo y el trabajo a "dos pistas" mejoran también la flexibilidad de la columna y de las caderas.
Desde el inicio del programa de entrenamiento el caballo debe aprender a responder con inmediatez pero con calma ,y no generando estrés, a las ayudas de ir hacia delante, para volver ó para moverse lateralmente. Esta obediencia del caballo es más importante cuanto más elevado es el nivel de competición, por eso este aspecto forma parte de la disciplina básica e inicial del caballo. Las transiciones, por ejemplo, ayudan a mantener al caballo atento y cuando éste llegue a ejecutarlas perfectamente facilitará la monta al jinete. 



La importancia de ser capaces de adaptar la longitud del tranco no lo debemos tomarla como algo obsesivo. Muchos de los problemas en la competición que hacen referencia a la distancia entre saltos que requieren la habilidad de acortar o alargar el tranco, acaban porque el caballo pueda llegar al salto a una distancia de batida incorrecta. Además, como el caballo respira al ritmo del galope, la mejor y más eficiente manera de saltar es mantener un ritmo constante. Como el ritmo varia en esos alargamientos o acortamientos del tranco,  el caballo gasta reserva energética que vuelve a estabilizarse cuando se recupera la cadencia inicial. Por lo tanto, trabajar siempre sobre una buena cadencia y un buen ritmo es fundamental.
Por último y para acabar estas consideraciones, os diremos que la acción de "volver" se vuelve fundamental en caballos de alta competición. Esta habilidad se ha de reforzar a través de enseñar al caballo a que se apoye en sus posteriores en el giro.
El entrenamiento del caballo en pista requiere de tiempo y paciencia y se vuelve más importante cuanto más alto  sea el nivel de competición. Los mejores resultados llegan  a través de una combinación de trabajos de "escuela", junto con la apropiada forma física y teniendo en cuenta el riesgo de lesiones. 
Habeis de pensar que la adaptación de ligamentos y tendones es muy lenta y un entrenamiento tan técnico no debemos ejecutarlo apresuradamente, ni en el trabajo en la doma, porque corremos el riesgo de que el caballo se lesione por una inadecuada condición física.



viernes, 15 de mayo de 2015

10 CONSEJOS PARA MEJORAR EL SALTO CON TU CABALLO

Los  principales consejos básicos que debemos tener en cuenta a la hora de mejorar el salto con vuestro caballo son:
1.- Construir la confianza del caballo desde el principio:
Nunca debemos probar de repente la capacidad del caballo delante del salto y más si este es joven. Hemos de darle la oportunidad primero de que aprenda a ser valiente. Primero ha de entender lo que se le pide.
2.- Iniciar cualquier sesión de entrenamiento con un período de preparación básico:
Realizar un correcto calentamiento de tu caballo y comprobar que se mueve con la cadencia suficiente hacia delante y en los tres aires, y que su musculatura está flexible y elástica.


3.- Deja que a tu caballo le ayude otro más  experimentado cuando introduzcamos algún elemento nuevo en el entrenamiento:
Los caballos son animales de manada, por lo que si un caballo joven ve a un compañero adulto haciendo un ejercicio diferente al que está acostumbrado, seguramente pensará que él también es capaz de hacerlo.
4.- Iniciar los trabajos al salto al trote:
El trote enseña al caballo a mantener la calma en el enfoque al salto y le anima a que recoja sus corvejones y a saltar correctamente.
5.- Nunca des la opción a tu caballo a negarse a saltar:
Durante los primeros meses de un entrenamiento es mejor empezar por saltos pequeños para que no sea capaz de cuestionarlos, si lo hace no lo saltará o lo derribará, porque el caballo lo tomará como se le está enseñando a no saltar.
6.- Capacitar al caballo progresivamente con diferentes trabajos o sesiones semanales:
Pongamos que un día salta tres obstáculos semanales. ¡Estupendo!. Pero al día siguiente no le obligues ha hacer el mismo ejercicio, ni en el mismo lugar. Cambia la manera de trabajar los saltos con los diferentes aires e introduce variantes como cavalettis o entrenamientos cruzados.



7.- Recompensa a tu caballo:
Asegúrate de recompensar a tu caballo con caricias, con la voz o simplemente con un cambio de aires después del ejercicio. Antes de hacer un tirón de riendas que afecte a su boca ,estate preparado para poder suplir una falta de equilibrio agarrándote a sus crines, por ejemplo.
8.- No te metas en problemas:
Si por cualquier motivo tu caballo pierde la confianza durante la sesión de entrenamiento al salto, no hay que permitirselo y debemos parar y analizar el motivo de ello.
9.- Búscate un ayudante:
Sólo en el caso de que debas variar la altura o las distancias busca a alguien que te ayude, porque mientras tu te bajas y cambias las barras, el caballo tiene tiempo de relajarse y de perder el ritmo del entrenamiento, la concentración y se puede enfriar la musculatura.
10.- Asegúrate de que tu caballo está bien equilibrado:
En el salto todo es cuestión de equilibrio No sólo equilibrio hacia delante, sino también hacia atrás y de lado, es decir, que posea una buena doma.







LAS DISTINTAS EMBOCADURAS.
La aplicación según las especialidades que se persiga en el caballo.
La embocadura del caballo, con la mano y acción de las piernas del jinete, controlan la cadencia, fijan el equilibrio del conjunto y colocan la cabeza del caballo, son las piezas fundamentales para giros, alargamiento, acortamiento, etc...
Vemos entonces que no deberíamos hablar de embocadura, sino que también tendremos en cuenta lo que influye la forma de utilizarla según una mano u otra.
La mano del jinete viene condicionada por su asiento en general, o sea, por la postura encima del caballo, que con la máxima flexibilidad le permite desarrollar el máximo de energía, En general, la mano puede ser suave o dura y dentro de estos grupos, fuerte o débil, según la fuerza del jinete.



1.- Suave y fuerte: 
La mejor propia de los mejores jinetes de gran asiento, permitirá a sus caballos la máxima comodidad en la boca, con la menor tortura, con un conocimento excelente de la morfología de la boca del caballo.
2.- Suave y débil:
Propia de las buenas amazonas y juveniles, exige en la boca del caballo un poco más de mando, o sea mas hierro, dentro de ser utilizada y aceptada por el caballo con comodidad.
3.- Dura y fuerte:
Propia de jinetes fuertes con mal asiento, irán haciendo a sus caballos una boca de hierro e insensible. Estos jinetes suelen utilizar mucho hierro, pero DEBE utilizar el mínimo para compensar. Sus caballos suelen pesar en la mano y no se dejan controlar y están dispuestos a escaparse.
4.- Dura y débil:
Propia del jinete que ni siente ni padece y con mal asiento. Si ponen poco hierro sus caballos se le escapan, y si ponen mucho van agarrotados, pero tienen una ventaja y es que sus caballos al cambiar de una mano a otra mejoran enseguida ya que no se escapan y fácilmente entran en trabajo.

Sentada esta base para el jinete que por ver el caballo y pensemos SIEMPRE que cuando tiramos de la boca de un caballo, de donde debemos exigir obediencia es de los pies, o sea que la presión que realizamos va desde nuestra mano a la boca y esa presión se transmite a través del sistema nervioso a las vertebras cervicales y de ahí a la columna vertebral, de ahí a los pies, por lo que es fundamental compensar y reforzar esta gran presión sobre la boca del caballo con la ayuda de las piernas para minimizar el dolor en ella.


Un caballo equilibrado, de boca suave, atento a las piernas y montado por un jinete de buena mano SIEMPRE tendremos en cuenta que el jinete a de tender a que el caballo emplee con libertad el cuello y cabeza dentro de un control.
El caballo que por mal equilibrio endurece su boca (falta de sometimiento de los posteriores), nos pesa en la mano y tira más, hay que descongestionar su mandíbula y reforzar la acción de las piernas
Y por último el caballo que no se quiere apoyar en el hierro, éste no quiere recoger la impulsión, hay que hacerle estirar el cuello y luego recoger, no al revés, que no lo conseguiremos.
Visto como es la mano del jinete y el tipo de caballo, dijéramos que cada binomio ha de pensar cual es su problema para la elección del hierro que les vaya bien.
En términos generales, los hierros con cadenilla o sin ella, los gordos (permiten mejor apoyo) y los finos (mandan más), los rígidos y los articulados o los hierros juntos tiene diferentes misiones.
- El filete:
Es el hierro por excelencia para apoyar en la boca. Los hay de goma, finos y gordo. Se debe elegir en cada momento el más conveniente en función del grado de doma, boca del caballo, mano del jinete y ejercicios a realizar.
- El bocado:
Para dar posición o colocar, descongestionar la mandíbula. Su efecto depende de lo que apretemos la cadenilla y de la longitud de las camas o palanca. El caballo por miedo a la mano emplea menos el cuello
- Filete y bocado:
Apropiado para doma, afinar el equilibrio, descongestionar mandíbulas y tomar posición. El filete apoya y sube la cabeza y el bocado da posición.
Con estos tres hierros un caballo normal, equilibrado y con un jinete con buena mano es más que suficiente, aunque siempre habrán jinetes con no tan buena mano y caballos con problemas.
Sólo quiero aquí hacer constar el orden de mando de los distintos hierros, de menos a más, aún siendo difícil y discutible.
- El filete, para apoyar
- Filete con cadenilla: rígido y ariculado ( Pehan), Suple al filete y al bocado para una mano blanda-dura o a un caballo que exige un poco más de mando que un simple filete.
- Filete rígido: suple al filete en una mano blanda o para un caballo que pesa en la mano.
- Filete elevador: para caballos que bajan mucho la cabeza. Sólo debe ser usado por una mano suave, pues con una mano dura es un instrumento de tortura.
Y acordaros siempre y tener presente de cuidar la boca de vuestro caballo y pensar en su sensiblidad y no utilizarla como medio de castigo. Antes pensar y ser objetivos con vosotros mismos, él os lo agradecerá.









miércoles, 13 de mayo de 2015

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA ALIMENTACIÓN DEL CABALLO
Por MV Guillermo O. González - UBA
La nutrición equina ha recibido una adecuada atención recientemente, con una
abundante producción de trabajos científicos durante los últimos. A pesar de
esto, los métodos de alimentación han variado muy poco, al menos en nuestro
medio.
La alimentación del caballo deportivo comienza en el mismo momento de su
concepción, ya que el feto es muy susceptible a las carencias y desbalances
nutricionales que pueda sufrir la yegua gestante. Posteriormente, la calidad de
la alimentación durante los primeros dos años de vida del potrillo deberán
garantizar un aparato osteo-tendinoso lo suficientemente bien estructurado
para soportar las exigencias del intenso trabajo físico al que será sometido
desde temprana edad en especial en razas precoces y con exigencias
deportivas tempranas.
El caballo es una especie herbívora monogástrica con fermentación posterior que se
caracteriza por adaptarse de manera eficiente tanto a dietas pastoriles
como a dietas con un importante contenido de concentrados. En condiciones
naturales, los equinos dedican al consumo de alimentos entre 12 y 14
horas diarias, este comportamiento alimentario se modifica notoriamente
cuando se lo estabula durante su vida deportiva al pasar de una
alimentación continua a consumir dos raciones diarias de gran volumen.

Las características digestivas del caballo se pueden resumir en una alta
capacidad de seleccionar los alimentos, una cuidadosa masticación, una baja
capacidad gástrica, una intensa y breve actividad enzimática sobre las
sustancias presentes en el contenido celular de los alimentos (proteínas,
lípidos, azúcares y almidones) en el intestino delgado y una mayor retención de
la ingesta acompañada de actividad fermentativa que degrada los
componentes de la pared celular ( celulosas, hemicelulosas, pectinas) en el
intestino grueso.
Una correcta masticación de los alimentos es fundamental para una
adecuada digestión, el control y mantenimiento del aparato masticatorio y
la detección de anormalidades en la boca o dentadura es una práctica
recomendable junto al estricto control de parásitos en todo plan de
alimentación. La masticación constituye una actividad importante en sí misma
ya que provee una sensación de bienestar al caballo, previene las estereotipias
impidiendo el aburrimiento, estimula la secreción de saliva regulando el pH
digestivo y favorece la salud del tubo digestivo.
La relativa baja capacidad del estómago condiciona al caballo a consumir
el alimento en pequeñas tomas, constituyéndose este órgano en el regulador
del volumen de alimento consumido en cada comida, el suministro del alimento
en grandes porciones disminuye la eficiencia de la digestión gástrica e
intestinal. La dieta y su manejo pueden influenciar en la etiología y el control de las úlceras gástricas.
"El ayuno mayor de 14 horas provoca reflujo de sales biliares desde el duodeno al estómago, favoreciendo las condiciones de aparición de úlceras gástricas".



El intestino delgado mide unos 22 metros y recibe unos 70 a 80 litros de jugos
digestivos diarios, provenientes de la saliva y de las secreciones gástricas,
pancreática, biliar e intestinal.
Los caballos que realizan actividades físicas regulan el consumo de
alimentos en función de las calorías requeridas, esto determina por una parte el
aumento del consumo voluntario en función del ejercicio realizado y por el otro la necesidad de elevar la concentración de energía de la dieta a los fines de
asegurar un consumo adecuado de energía . Esta densidad de energía se
logra a partir de una relación forraje-granos que se irá estrechando a medida
que la intensidad del trabajo diario aumente.
La alimentación de los caballos deportivos es una ciencia y un arte a la vez.
Las dietas y el manejo nutricional deben ser individuales teniendo en cuenta las
características y disponibilidad de los alimentos, el peso, condición corporal,
temperamento, edad, apetito, hábitos de consumo y gustos del caballo, el tipo y
cantidad de ejercicio, la presencia de patologías y las condiciones ambientales
y de manejo.